¿Qué hay dentro de este cuerpo? es una pregunta que me obsesiona.
Hace unos días, cuando amaneció, me fui a ver el mar. En pijama. Es la primera vez que me presento ante él con la ropa de soñar. Lo ví tranquilo, con sabor a sal y reflejando el deseo del pequeño sol.
En la orilla algunos perros crean imágenes de memorias con sus humanos.
El sonido de la mar y el grito de una niña despiertan mi sonrisa. Juegan. «Ojalá que recuerde la huella de gozo en la orilla de su mar», digo; y miro al horizonte que me ve.
¿Qué hay dentro de este cuerpo? con la piel del otro encuentro la voz de mis silencios.
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